sábado, 9 de marzo de 2013

Algunas peculiaridades de la gastronomía judía

Uno de los rituales más importante dentro de la religión judía lo constituye el conjunto de normas relativas a la alimentación. Privarse de comer ciertos alimentos considerados auténticos manjares y seguir cada día en cada comida las normas dietéticas de la religión judía se hace por el convencimiento de que es una forma de acercarse a lo sagrado.

La comida apta dentro de la religión judía se denomina comida coser. Cuando se dice que un alimento es coser se dice que cumple las leyes dietéticas judías y no se refiere a un tipo de sabor ni a una manera de cocinar.

Las leyes dietéticas son enormemente complejas por ejemplo:

Todos los productos derivados de la tierra están permitidos (frutas, verduras, hortalizas...) pero ¡¡¡¡cuidado!!!! Estos productos deben de ser cuidadosamente examinados y lavados para que no contengan ningún animal invertebrado (gusanos, insectos..) ya que las leyes judías prohíben completamente comer animales invertebrados.

En cuanto a los mamíferos, la Torá (libro sagrado de los judíos) no deja opción a la interpretación sino que es muy clara en cuanto a los animales permitidos en la alimentación judía. La Torá dice:
 
“Todo animal de pezuña hendida separada en dos de arriba a bajo y que rumia podéis comer. Vaca, buey, cabra, oveja, cordero, ciervo, búfalo podréis comer. Con todo esto no podéis comer camello, liebre o conejo pues aunque rumian no tienen la pezuña hendida y el puerco que aunque tiene la pezuña hendida no rumia. Impuros son para vosotros”
De los animales acuáticos está permitido el consumo de los que tienen aletas y escamas por lo tanto el consumo de langostas, camarones, ostras, cangrejos…está prohibido.
En las aves la distinción es menos clara. La Torá establece una lista de aves impuras sin explicar por qué lo son. La mayoría son aves de rapiña o carroñeras por lo que las aves permitidas son las consideradas aves de corral. Por supuesto solo pueden comer los huevos de las aves permitidas, pero asegurándose previamente que estos huevos no han sido fecundados, para ello hay que observar minuciosamente la cáscara y si en ella aparece una pequeña mancha roja quiere decir que el huevo ha sido fecundado y no se puede comer.
 
Si quieres saber más sobre la gastronomía hebrea no te pierdas la visita del día 16 de marzo y podrás degustarla en un entorno privilegiado: la judería de Tarazona.

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